A pocos pasos de nuestras casas, el río Duratón ha esculpido un majestuoso cañón de 27 kilómetros, con paredes que alcanzan más de 100 metros de altura.
Este paraíso natural alberga la mayor colonia de buitres leonados de Europa y ofrece un refugio de paz donde el tiempo parece detenerse. Ideal para caminatas conscientes, meditación al aire libre o simplemente contemplar la belleza del paisaje.
En lo alto de un promontorio, la ermita románica de San Frutos, patrón de Segovia, se alza como símbolo de fe y resistencia. Según la leyenda, el santo abrió una grieta en la roca con su bastón para proteger a los suyos, conocida como “La Cuchillada”.
Un lugar que invita al recogimiento y la reflexión.
Pasear por Sepúlveda es sumergirse en siglos de historia. Sus calles empedradas, murallas medievales y templos románicos como la Iglesia del Salvador, datada en 1093, narran historias de un pasado vibrante.
La villa conserva su esencia medieval, ofreciendo un entorno perfecto para reconectar con lo esencial.
El Parque Natural de las Hoces del Duratón no solo es un espectáculo geológico, sino también un santuario de biodiversidad. Sus paisajes variados, desde páramos altos hasta frondosos bosques de ribera, ofrecen múltiples rutas para el senderismo y la contemplación.
Un entorno que nutre el cuerpo y el alma.